jueves, 22 de marzo de 2012

El Rabinal Achí




El Rabinal Achí revela una forma de escribir con el cuerpo que articula danza, música y poesía, y representa ese momento en la historia del teatro en que el arte de la representación y rito compartían la misma escena.1


El Rabinal Achí o Danza del Tun es una obra de teatro maya achí que data aproximadamente del siglo XIII d. C. Se trata de una obra representativa del período posclásico maya , puesta en escena en la comunidad de Rabinal de Guatemala hasta el día de hoy. A fines del año 2005, el Rabinal Achí fue declarada por la UNESCO una de las 43 nuevas Obras Maestras del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.
El Raninal Achi es considerado un Bellet- Drama. Es la única pieza prehispánica autentica de este género que se conserva casi completa. Fue el abate Carlos Esteban Brasseur de Bourbairg quien habiendo oído hablar de esta obra, consiguió que Bartolo Zig, vecino del Rabinal, se la dictara en lengua quiché. El abate Brasseur la vio al fin representada el 25 de enero de 1856.


Esta historia se enmarca en las luchas internas que protagonizaron los quichés y los rabinaleb hace aproximadamente ochocientos años. Estos y otros grupos, todos de origen maya, pretendían hacerse con el control del territorio guatemalteco, sin imaginarse que, años después, serían sometidos por otro imperio llegado de Europa. En su argumento, el Rabinal Achí relata la gesta de este guerrero local al capturar y llevar ante su padre y rey, Job Toj, al líder de los quichés, Kiché Achí, quien había intentado conquistar a los rabinaleb. Job Toj ofrece a Kiché Achí ser su vasallo, pero éste se niega, por lo que es condenado a muerte. Sin embargo, antes de cumplir la sentencia pide tres deseos que le son concedidos: tomar la bebida ceremonial de los rabinaleb, bailar con la princesa indígena de Rabinal y realizar un viaje para despedirse de su pueblo. Una vez cumplidos esos deseos, Kiché Achí regresa ante Job Toj para ser ejecutado, labor que llevan a cabo los soldados rabinaleb, representados en forma de águilas y de jaguares.2
La pieza, de tono solemne, trata la historia de un Varón de los Quiché hecho prisionero y sacrificado por el Varón de Rabinal. El jefe Cinco Lluvia recibe con júbilo a su hijo y se muestra magnánimo con el vencido, para suavizarle el camino a la muerte. Tal como el siguiente fragmento:
“Jefe Cinco–lluvia, apruébame a la faz del cielo, a la faz de la tierra. Así dice mi palabra a tu boca, a tu faz: Concédeme doscientos sesenta días, doscientos sesenta noches para ir a decir adiós a la faz de mis montañas, a la faz de mis valles, adonde iba (antaño) a las cuatro esquinas, a los cuatro costados, a buscar, encontrar, con qué proveer a mi alimento, a mis comidas.
(Nadie le responde. Entonces, bailando desaparece un momento; en seguida, sin volver a la galería en donde Cinco Lluvia ésta sentado, se aproxima a las Águilas y a los Jaguares colocados en medio de la Corte en torno a una especie de altar.) ¡Oh! Águilas, ¡oh! Jaguares- “Se ha marchado” dijisteis vosotros, hace un instante. No me había marchado, había-meido, solamente, a decir adiós a la faz de mis montañas, a la faz de mis valles, en donde (antaño) iba a buscar con que proveer a mi, alimento, a mis comidas, en cuatro esquinas, en los cuatro costados. ¡Ay! ¡oh! Cielo, ¡ay! ¡oh! ¡tierra! Mi arrojo, mi bravura, no me sirvieron. Yo ensayé mi camino bajo el cielo mi camino sobre la tierra, separando las hierbas, separando los abrojos. Mi arrojo, mi bravura, no me ha servido. -¡Ay! ¡oh! cielo, ¡ay! ¡oh! ¡tierra! ¿Debo, en verdad, morir aquí, desaparecer aquí, bajo el cielo, sobre la tierra? ¡Oh! mi oro, ¡oh! mi plata, ¡oh! los hijos de mi flecha, los hijos de mi escudo, mi maza extranjera, mi hacha extranjera, mis guirnaldas, mis sandalias, id vosotros a nuestras montañas, a nuestros valles. Llevad noticias nuestras a la faz de nuestro Gobernador, nuestros hombres: “Hace mucho tiempo que mi arrojo, que mi bravura, buscan, encuentran nuestro alimento, nuestra comida”, así dijo la palabra de mi Gobernador, nuestros hombres: “Hace mucho tiempo que mi arrojo, que mi bravura, buscan, encuentran nuestro alimento, nuestra comida”, así dijo la palabra de mi Gobernador, de mi hombre; que ya no la diga más, puesto que yo no espero sino mi muerte, sino mi desaparición, baja el cielo, sobre la tierra. ¡Ay! ¡oh! ¡cielo! ¡Ay! ¡oh! ¡tierra! Puesto que es necesario, que yo muera, que yo desaparezca, aquí bajo el ciclo, sobre la tierra, no poder tornarme en esa ardilla, en ese pájaro, que mueren sobre la rama del árbol, sobre el brote del árbol, en donde se procuran su alimento, sus comidas, bajo el cielo, sobre la tierra. ¡Oh! Águilas, ¡oh! Jaguares, venid, pues, a cumplir vuestra misión, a cumplir vuestro deber,
que vuestros dientes, que vuestras garras, me maten, en un instante, porque yo soy un Varón venido de mis montañas, de mis valles. ¡Que el cielo, que la tierra, sean con vosotros, ¡oh! Águilas! ¡oh Jaguares!
(Águilas y jaguares rodean al Varón de los Quiché, lo tienden en la piedra del sacrificio y te abren el pecho. En seguida los asistentes ejecutan un Coro general). Cuarto Acto Fragmento”3

La ciudad donde se desarrollaron los hechos sigue existiendo. Se llama Kajyub. Todavía pueden apreciarse las ruinas de sus principales templos. Está junto a Rabinal, en lo alto de un imponente cerro al que ascendemos con Mateo Ismalej, guía espiritual maya-achí.
En la cumbre, el valle se abre majestuoso. Los cerros sagrados rodean el pueblo de Rabinal. En ese escenario grandioso, Mateo invoca en idioma achí a los espíritus mayas en una ceremonia en la que la que el fuego consume elementos sagrados como el maíz, las candelas, el azúcar o el ajonjolí.
A su término, Mateo nos confiesa que el fuego ha sido el elemento de comunicación con el propio Rabinal Achí. Para Mateo y los rabinalenses, este guerrero sigue vivo. “Está entre nosotros, como también lo está Kiché Achí. Ambos son héroes, porque ambos buscaron lo mejor para su pueblo y pactaron para ello” con lo que consideran importante el Sac Be’4

3 PEREZ Gutiérrez, Leticia. Textos literarios III., Ed. SEP-Preparatoria Abierta. México, 1983.p.59-60




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